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Últimamente he estado intentado evitar utilizar la palabra “fe”. Sencillamente no logra comunicar la idea que intento transmitir. La “fe” es una palabra que hoy en día se abusa y se distorsiona. Hoy la “fe” es lo que intentas usar cuando se acumulan las razones lógicas en contra de lo que piensas que debes creer. Greg Koukl resume esta idea popular que se tiene en cuanto a la fe: “Es una ilusión religiosa en la que uno exprime la esperanza espiritual a través de actos intensos de pura voluntad. La gente de ‘fe’ cree lo imposible. La gente de ‘fe’ cree lo que es contrario a los hechos. La gente de ‘fe’ cree lo que es contrario a la evidencia. La gente de ‘fe’ ignora la realidad”. No nos debe sorprender, por lo tanto, que a la gente le llame la atención cuando se menciona la “fe” en Cristo. ¿Es extraño que parezcan preferir lo que parece razonable a la locura?

Es interesante que la Biblia no sobre enfatiza los elementos individuales del panorama completo de la fe, como hacemos nosotros con tanta frecuencia. Pero ¿qué dice la Biblia sobre la fe? ¿Es lo que demuestra Simón Pedro cuando salta del barco y camina sobre el agua hacia Jesús? ¿O es lo que tiene Tomás tras meter la mano en el costado de Jesús? Es interesante que la fe bíblica no es creer en contra de la evidencia, sino que la fe es un tipo de conocimiento que da como resultado la acción. La definición más clara viene de Hebreos 11:1. Este versículo dice, “la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve.” De hecho, cuando el Nuevo Testamento habla de la fe de manera positiva, solo utiliza palabras que se derivan de la raíz griega pistis, que significa “ser persuadido”. En esos versículos de Hebreos, encontramos las palabras “esperanza”, “garantía”, “certeza” – es decir, confianza. ¿Qué es lo que nos da esa confianza?

La fe cristiana no es creer algo porque hay una ausencia de evidencia. Es la respuesta adecuada a la evidencia. Koukl explica que “a la fe cristiana le importa la evidencia…los hechos importan. No puedes tener la garantía de algo que no sabes que vas a obtener. Solo puedes esperarlo. Por eso es tan importante la resurrección de Jesús. Es la garantía de esa esperanza. Precisamente por esa perspectiva cristiana sobre la fe, Pablo puede decir en 1 Corintios 15 que cuando se trata de la resurrección, si solo tenemos esperanza, pero no tenemos seguridad – si Jesús no resucitó realmente de los muertos en el tiempo y en el espacio de la historia – entonces de toda la gente, somos los más desdichados. Esta confianza de la que habla Pablo no es una confianza en una mera resurrección de ‘fe’, una resurrección mítica, una resurrección de cuento. Es creer en una resurrección verdadera. Si no ocurrió una resurrección auténtica, tenemos un problema. La Biblia no conoce una fe atrevida que pega un salto en la oscuridad, una esperanza contra todo pronóstico, una fe sin evidencia. Más bien, si la evidencia no corresponde a la esperanza, entonces la fe es en vano, como dijo hasta el mismísimo Pablo.”

Para concluir, la fe no es un tipo de esperanza religiosa que practicas a pesar de los hechos. De hecho, la fe es un tipo de conocer que tiene como resultado el hacer, un conocer que es tan apasionada e inteligentemente fiel a Jesús de Nazaret, que no se someterá al fideísmo, al cientificismo, ni a ningún otro intento secularista de desviar y cauterizar el alma humana secuestrando el conocimiento.

 

Tom Price es tutor académico de Oxford Centre for Christian Apologetics y conferenciante de RZIM en Oxford, Reino Unido.

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Un comentario

  • Grego dice:

    Presupongo se refiere a que la fe es un tipo de conocer “algo”, no cualquier cosa, que concluye en el resultado de hacer ” algo concreto”, no cualquier cosa.
    Faltaría definir pues ese “algo”.

    En todo caso el comentario se centró en la gnoseologica de aquello llamado fe, pues efectivamente se habla de conocer, más no del objeto a conocer o problema ontológico de la fe, a saber ,de ese “algo” concreto al que el término fe apunta.

    Un saludo.